jueves, 19 de diciembre de 2013

RELATO CORTO: BAJO SUS ALAS.


Siempre he tenido la sensación de sentirme observada. Muchas veces he tenido el impulso de darme la vuelta, y al hacerlo, esperando encontrarme con ese par de ojos observadores que me erizan la piel, sólo he sorprendido la soledad a mi alrededor. El vacío. Y la sensación ha permanecido conmigo. Alertándome, advirtiéndome.
Hasta hoy. Ha sucedido algo extraño que va más allá de la lógica y la razón. Por un momento, creí que alucinaba. Pero ha sido real, es real. No lo he imaginado.
Al igual que otras veces, cuando he sentido el ya conocido cosquilleo en la nuca y la sensación de no estar sola en la habitación, no he podido resistir la tentación de volverme a mirar, de sorprender al intruso.
Obviamente no había nadie, ahora llega lo raro.
Una pluma blanca,vaporosa, la más grande que hasta ahora he visto, fina y ligera como un copo de nieve, ha caído bailando con un rítmico e hipnótico balanceo hasta posarse a mis pies. Como si la hubieran dejado caer, justo alli, para que yo la encontrara.
No sé de dónde ha salido.
Estoy estupefacta, asombrada, con la vista clavada en el suelo, y siento el impulso de levantar la vista al cielo, con temor a la vez, por si el techo de mi habitación no es lo único que encuentro al hacerlo.
He salido de mi asombro y recogiéndola del suelo, la he cogido suavemente entre mis dedos, he acariciado cuidadosamente sus sedosos filamentos, con reverencia, con temor a que desapareciera tan rápido como había aparecido. Sin más.
Son casi incorpóreos. Tan suaves como una caricia. Tan leve que parece irreal, mágica, voluble.
He guardado la pluma entre las páginas de mi diario, entre estas líneas, para que cada vez que la observe y la acaricie entre mis manos, me recuerde que la magia existe, que no debo dejarme abatir por la tristeza que algunas veces, se adueña de mi alma y mi cuerpo.
Recuerdo que cuando era niña, mi abuela siempre me decía que debía tener el ángel de la guarda más bueno y paciente del mundo velando por mí. Ella creía en esas cosas.
Yo siempre he pensado que eran cuentos infantiles para tranquilizar a los niños cuando duermen. Para alejar los miedos, que se sientan seguros, a salvo, bajo la vigilante mirada de alguien mágico que los protege de los males del mundo.
Hasta hoy.
Lo lógico sería pensar que la pluma que guardo entre estas páginas, haya ido a parar a mis manos por muchas y variadas razones y posibilidades.
Pero mi corazón y mi alma me gritan la verdad. Puede que mi abuela tuviera razón. Es una certeza tan clara y cristalina, como la luz de un nuevo dia.
Aunque no pueda verlo, siento que está aquí, conmigo. Que siempre lo ha estado.
Protegiéndome. Guardándome.
Siempre lo he sabido.
Demasiadas coincidencias, demasiados susurros, demasiadas veces darme la vuelta buscando a alguien que no se dejaba ver.
Creo que, no sé muy bien porqué razón, me ha dejado saber que está aquí, conmigo.
Creo que quiere que tenga fe en él, que sienta que no estoy sola, aunque a mí me lo parezca en ocasiones.
Creo que desea que sepa, que estoy a salvo bajo sus alas.



FIN

martes, 17 de diciembre de 2013

RELATO CORTO: OJOS DE GATO.


Caminaba calle abajo a paso ligero. Se sentía tan cansada que lo único que le apetecía con urgencia era llegar a casa para meterse bajo el chorro de la ducha, y dejar que el agua caliente le calmara los músculos doloridos. Había sido un día duro.
La calle estaba bastante oscura, faltaban algunas luces del alumbrado, que al parecer se habían fundido y no habían sido repuestas. Pasos resonaron a lo lejos. Echó un vistazo a su espalda, intentado localizar el causante de aquellos lejanos sonidos huecos, que cada segundo parecían estar mas cerca, aunque fue incapaz de encontrar su origen. Aceleró el paso intentando llegar a una zona mejor alumbrada de la calle, que vislumbraba un poco más adelante, y sintió la necesidad de sentirse segura entre las cálidas paredes de su casa. Un sentimiento de desazón que no podía justificar se apoderó de ella, y sintió el impulso de echar a correr. Los sonidos parecían estar cada vez más cerca, hasta el punto de que por un momento creyó que los tenía justo detrás. De pronto , el silencio más absoluto. El vello se le erizó y una sensación de frío la recorrió de arriba a abajo. Se detuvo a escuchar, aunque todos sus sentidos le pedían que corriera. El corazón le latía desbocado golpeándole las costillas, como si quisiera salírsele del pecho. La adrenalina la puso en marcha de nuevo y reaccionó con rapidez. Aunque no lo suficiente, pues se vió arrastrada por el suelo después de sentir un golpe brutal en su espalda que la tiró de bruces. Se dió con la cara en el asfalto, y sintió la quemazón de los arañazos en su piel. Una fuerza invisible la arrastraba hacia delante guiándola como sujeta de unos hilos cual marioneta inerte. No podía luchar contra aquella fuerza que la dominaba y parecía llevarla a algún lugar. Y de pronto ocurrió algo que la desconcerto más aún, si aquello era posible. Aterrorizada , la cabeza se le fue hacia atrás, y sintioósu mente invadida por una presencia que no era su propia esencia, sino la de otro ser, que parecía tomar el control de su cerebro. Sus ojos se quedaron ciegos por un momento, a su alrededor todo era oscuridad, y en medio de aquella, unos ojos de gato aparecieron como dos luces para iluminar el camino. Ojos grandes y rasgados, verdes y amarillos, brillantes, con el iris vertical, que parecían excrutarla desde el interior de su mente, queriendo decirle algo, algo que ella , en su ceguera y desesperación , no alcanzaba a comprender. Perdida toda noción de la realidad, creyó que estaba sufriendo algún tipo de paranoia alucinoide, í otro tipo de pérdida de raciocinio fruto de algún desbarajuste que no podía justificar ni explicar. O puede que estuviera muerta. O que estuviera dentro de una horrenda pesadilla de la que no podia despertar. Cualquier posibilidad era mejor que creer que aquello era real, pues si lo creyera, realmente seria síntoma de que había perdido la cabeza.
Sintió una fuerte sacudida, y una voz se filtró en su mente. Era profunda, vibrante, como el ronroneo de un gato, aunque parecía humana.
-Quedate quieta, no te muevas.....no te resistas, quiere llevarte con él.... déjale hacer.... yo te liberaré....
No entendía de dónde brotaba aquella voz, pero tenía la certeza que los ojos de gato que la observaban desde la oscuridad de su mente enloquecida y aquella voz susurrrante, tenían el mismo origen, pertenecían al mismo ente que se comunicaba con ella de aquel modo extraño.
Se dejó hacer.... Y tan pronto como dejó de resitirse a aquella fuerza avasalladora que la impulsaba hacia delante, hacia un lugar desconocido, se desplomó en el suelo como una muñeca rota.
Intentó incorporarse lentamente, la visión parecía volver de nuevo a sus ojos, aunque borrosa y vacilante, y se sintió terriblemente cansada, más aún de lo que ya lo estaba, agotada, como si la vida estuviera a punto de abandonar su cuerpo. Se desplomó en el suelo frío de nuevo, incapaz de levantarse, con la cabeza ladeada, notando como un fino hilo caliente surcaba su mejilla arañada y despellejada. La brutalidad de aquel asalto se había cobrado un alto precio que su cuerpo maltrecho había pagado con creces. Mirando sin mirar, con la vista pérdida en algún punto inconcreto, un gato negro se deslizó silencioso cruzando su visión, entre la penumbra de la calle, como una sombra que de pronto pareció perder su forma y tomar una nueva, humana, que se incorporaba sobre sus patas que se transformaban en piernas y manos, alzándose con un cuerpo completamente humano, de hombre, y en aquel momento, perdió la consciencia, se sintio caer en un pozo de oscuridad y se dejó llevar por una inmensa calma, la que creyó que precedía a la muerte. Increíblemente, se sintió en paz, ligera, desaparecido el cansancio. Sintió que se elevaba, sin ser consciente de unos brazos fuertes que la levantaban y la llevaban. Se sintió cálida, caliente y reconfortada, en puerto seguro.

Una tenue luz se filtró entre sus pestañas, invitándola a observar. La cabeza le palpitaba, y se sentóa aturdida y desorientada. Se incorporó sobre sus manos, y se dió cuenta de que se hallaba tendida en una cama grande, enorme, de sabanas negras y suaves. Pero no era su cama. No sabía dónde estaba.
Se levantó sujetándose las sienes, y las masajeó suavemente, queriendo hacer desaparecer el dolor. Al observar más detenidamente, se percató de la existencia de una mesilla sobre la que encontró un vaso de agua junto a una píldora que reconoció como un analgésico. Quien quiera que fuera quien la había dejado allí, sabía que la iba a necesitar. Se tomó la pastilla con un sorbo , y levantándose vacilante, se dirigió a la única puerta que encontró. Aquella puerta la llevó a un pasillo levemente iluminado en dónde colgaba un espejo en el que se detuvo a observar su reflejo. Acarició su cara, pasando los dedos sobre la fea herida que todavia permanecia tierna y sensible, dolorida. Avanzó unos pasos, mirando a su alrededor, y el pasillo dió paso a otra estancia igualmente iluminada. Un desconocido permanecía de espaldas a ella, absorto. De repente se dió la vuelta y la miró directamente, esperando su reacción. Ella avanzó un poco más, dudosa, sin decir nada, y cuando casi estuvo a su altura, el desconocido rompió el pesado silencio.
  • Cómo te sientes?- su voz grave, vibrante, le recordó otra voz que ya había escuchado antes, y qué debido a la singularidad del hecho, le era imposible olvidar.
  • Bien... - respondió ella- Todo lo bien que se puede estar.... - la voz broto rasposa, temblorosa.
  • Creo que no me he presentado como es debido.... Mi nombre es Aaron. Siento que nos conozcamos en estas circunstancias.
  • Y qué circunstancias son esas? - No sabía como afrontar la situación.
  • ¿No quieres saber qué fue lo que ocurrió esta noche? O quien te asaltó?- la interrogó él, con incredulidad fingida.
  • No sé muy bien si quiero saber o no..... Lo que ocurrió fue..... extraño ... y aterrador... Creí, por un momento creí... Que iba a morir....- su voz fue un susurro triste.
  • La muerte..... hubiera sido una liberación. Pero esa conversacin podemos dejarla para cuando te sientas un poco mejor. Hay cosas que debes saber, pues tu vida como la conoces, ha cambiado. Debes ser cautelosa, protegerte.... o dejar que te protejan. Porque créeme cuando te digo, que volverá, lo intentara de nuevo... y puede que entonces no tengas tanta suerte.- afirmó Aaron seriamente.- No pienses que mi intención es asustarte, sólo deseo prevenirte.
  • ¿Prevenirme de qué? Qué ocurre? Quién volverá, maldita sea?- la voz de la mujer subió un par de octavas, el miedo tomaba el control.- Díme!!! Díme qué pasa!!
  • Como digo.... Es mejor que tengamos esta conversación cuando te hayas repuesto.... Te contaré todo cuanto quieras saber, todo, pero es mejor que te calmes, pues el miedo hará que cometas errores, y eso, puede ser fatal. Mientras.... mientras, puedes quedarte aquí si lo deseas.
  • ¿Mientras? Quieres decir que no puedo volver a mi vida, a mi casa?!!- Ella parecía cada vez más afectada, el control esfumándose por momentos.
  • No voy a tomar esa decisión por ti... Pero aquí estarás más segura, al menos , mientras encontramos otra solución. No tienes nada que temer de mí.
  • ¿No tengo nada que temer? Y címo puedo saberlo, dime, cémo? No te conozco, no se quién eres ni de dónde diablos has salido.... No sé dónde estoy, ni cómo he llegado aquí... No sé si puedo fiarme de tí, estaría poniendo mi vida en tus manos.... y eso, amigo, es mucho decir, no te parece?- la mujer hablaba a voz en grito, expresándo su miedo en unas pocas frases. Aaron sabía que era una reacción normal después de lo que había sentido, del miedo y la incertidumbre, y no dijo nada al respecto. Dejó que alzara la voz, y su miedo brotara, y cuando calló, las lágrimas brotaban de sus ojos , ya liberadas de su prisión .
  • ¿Fuiste tú? - preguntó entre hipídos-.
  • ¿A qué te refieres? - inquirió él-.
  • A si fuiste tú quien me trajo aquí... Creo que alguien me liberó cuando.... Pero sólo recuerdo unos ojos... unos ojos de gato... y una cálida voz... Tu voz. ¿Puedes explicarme eso? - preguntó de nuevo- No pienses que no te lo agradezco... si fuiste tú. Pero fue muy extraño...
  • Fuí yo.
En aquel momento ella recordó la sombra del gato, silenciosa , deslizándose entre las sombras, transformándose en un hombre, ante su mirada ausente, que sólo podía observar atónita en su estado de embriaguez y confusión, cómo su forma cambiaba y se erguía sobre sus patas convertidas en pies humanos, como una silueta desnuda, definida, con contornos claros y dibujados, firmes y desconocidos hasta ese momento, se abrían paso en la bruma de su memoria consciente antes de caer presa de la oscura inconsciencia.
Entonces Aaron dió un paso hacia ella, exponiéndose a la escasa luz de la estancia, que le alumbró el rostro. Sus rasgos le eran desconocidos, su nariz, su boca.... Pero sus ojos...Aquellos ojos ... Conocía aquellos ojos, ahora humanos. Mientras lo observaba, el aire se crispó, se calentó, vibró.... y en sus ojos aparecieron dos pupilas verticales dentro de unos iris verdes y amarillos.....Ojos de gato. Los mismos ojos, la misma mirada.....
Él supo que ella iba a huir antes siquiera de que el pensamiento cruzara su mente.... La apresó por los antebrazos, sujetándola firmemente pero sin hacerle daño, y se acercó tanto que podía olerlo. Un aroma raro, almizclado, terrenal, le llenó las fosas nasales. Y recordó otra sensación: el sentimiento de seguridad cuando creyó que la muerte había venido a buscarla. Recordó la sensación de sentirse alzada, elevada, flotando sobre dos brazos fuertes y cálidos, acogedores y protectores, que la llevaban a un lugar donde estaría a salvo. Y , sin saber porqué, tuvo la certeza de que Aaron no quería hacerle daño, de que podía confiar en él. Aunque no sabía cómo había llegado a aquella conclusión, lo cierto era que lo creía.

  • No tienes nada que temer de mí.... Yo te protegería con mi vida si fuera necesario...- su voz surgió cadenciosa, brotando de la profundida de su pecho, como una vibración, un ronroneo.
  • Lo sé..... No me preguntes porqué, pero ahora lo sé...Tengo la extraña impresión de que te conozco de mucho tiempo antes de hoy....-movió la cabeza, en un gesto de negación e incredulidad.- Gracias , por protegerme.
  • No tienes que darlas...- Y retomando la conversación dónde se había quedado con anterioridad, le dijo:- Descansa, mañana cuando te sientas mejor, tenemos mucho de qué hablar.... Te contaré todo, lo que quieras saber, y entenderás, que tu vida, para bien o para mal, ha cambiado para siempre.
  • Está bien... Me quedaré hasta mañana. Después decidiré qué hacer.- La mujer cerró los ojos por un segundo y suspiró levemente. El analgésico empezaba a surtir efecto, y un leve adormecimiento empezaba a apoderarse de sus sentidos. Inclinó la cabeza hacia delante y chocó con el pecho de Aaron, que presintiéndo lo que ocurría, de nuevo la tomó en brazos alzándola como si pesara menos que una pluma, y se dirigió con ella a la habitación con paso firme y decidido. La depositó suavemente en la cama, y la observó en silencio. Se inclinó hacia ella y tomando un suave mechón de su pelo, lo acarició con reverencia. De pronto lo soltó como si se hubiera quemado, y aunque lo habían advertido, sabía que no podría evitar lo inevitable. La adivina lo había profetizado. El destino estaba escrito, y él conocía el suyo.... El de ambos. Ella estaba prohibida para él. Pero no podría evitar lo que sabía que no debía ocurrir. Porque cuando llegara el momento, ambos lo desearían. Y todo, cobraría sentido.

martes, 2 de julio de 2013

SIGUME EN BLOGLOVIN!!!



Buenas noches!!

Pues eso mismo, como veis en el titulo de esta entrada, a partir de ahora también podéis seguir el blog desde Bloglovin, pues parece ser que Google Reader desaparecerá en breve, y bueno, mediante Bloglovin podemos seguir informados de las ultimas entradas de los blogs de los que somos seguidores y así no perder ninguno de los blogs a los que somos asiduos ..... Me parece una herramienta muy útil y os invito a que sigáis el blog desde este nuevo sitio. Os dejo en enlace:



Espero que os animéis a seguir el blog allí, os estaré esperando!!  :)


lunes, 1 de julio de 2013

CAPITULO IV. PRIMERA PARTE.



Después de casi volverse loca de tanto darle vueltas a lo sucedido, Anna, habiendo dejado atrás su inseguridad y sus prejuicios, se sentía absolutamente convencida de que el individuo que la había atacado aquella noche era, algo que el mundo desconocía y de que si lo contaba, seria el hazmerreir  de sus interlocutores. Sabia que tenia que callarlo para ella, que debía guardarse el secreto, pues nadie la creería en su sano juicio si narraba con veracidad, los acontecimientos de esa fatídica noche, pero el que nadie fuera  a creerla no era incompatible con la absoluta verdad de los hechos. El único problema que se encontraba era que no podía ponerle nombre a aquel monstruo. Porque lo era. Era un monstruo que de no haber sido por Sam, hubiera acabado con su vida de un modo atroz. Maldita fuera, hubiera sido su cena. Pensarlo le resultaba increíble a la par que la absoluta certeza pesaba como una losa. Eran sensaciones contradictorias que convivian en su mente a la par una de la otra, aunque pudiera parecer inaudito e improbable. ¿Como podía ser que dudase de algo y al mismo tiempo sintiera que estaba en lo cierto?? No era capaz de nombrar el tipo de criatura que creía era la culpable de sus pesadillas recurrentes.... Conocía su nombre , pero este conocimiento y la realidad, eran una contradicion mayor aun.... La palabra se repetía en su mente como un karma, una  y otra vez, una y otra vez... Sin parar..... "Vampiro, vampiro, vampiro, vampiro".... Pero era incapaz de pronunciarla en voz alta...... Hacerlo significaría aceptar lo inaceptable.... Y al mismo tiempo, aun no siendo capaz de dar aquel temible paso hacia la verdad, sabia que era inevitable, pues sus ojos no mentían, y sabia muy bien lo que había visto... Después de la bruma de los primeros días, todo se había ido aclarando progresivamente, hasta conocer el ultimo detalle de aquellos horribles minutos en los que su vida pendió de un hilo.... También había pensado mucho en Sam, pese a que no le gustaba admitirlo, y tenia la sensación de que algo se le escapaba entre los dedos..... Era curioso que justamente a aquellas horas, en aquel oscuro y olvidado callejón, hubiera tenido la suerte de que Sam apareciera..... Sin mas, de la nada, al igual que ocurrió con su atacante.... El le había salvado la vida, y Anna se sentía mas agradecida de lo que era capaz de expresar, pero tenia la sensacion de que algo no encajaba en aquel tremendo puzzle..... Podía ser casualidad, pero algo le decía que no lo era....Además, recordaba la fuerza brutal e inhumana del individuo que la ataco, y había ido recordando retazos de la pelea, mientras yacía en el suelo semi inconsciente.... Recordaba que las fuerzas de ambos estaban igualadas, recordaba sonidos de golpes brutales y chasquidos, recordaba sonidos de siseos y gruñidos , y breves comentarios que no llego a entender entonces y que ahora escapaban a su comprension,  y que después de una  bestial  reyerta que recordaba por momentos, entre claros y oscuros,  la ultima imagen que impregno sus ojos fue el momento en que Sam le arranco la cabeza de cuajo a aquel tipo. Recordaba el sonido , algo tan extraño que no encontraba palabras para describir.... A falta de otra comparacion mejor... Era como partir un melón....Sonoro, pegajoso, húmedo.... y terrible. Todo aquello había ido apareciendo en su mente según pasaban los días. Y estaba segura de que su imaginacion nada tenia que ver con aquello. Además, surgian preguntas para las que no encontraba respuesta....
Seis días después, Anna había decidido volver al trabajo al día siguiente, pues no podía demorarse mas. Porque se trataba de una situación traumática y nunca antes había cogido unos días de baja en el trabajo, le habían permitido sin ningún problema tomarse unos días de descanso, para recuperarse y aceptar lo ocurrido, o lo que los demás creían que había ocurrido. En el trabajo había corrido la voz de un supuesto intento de atraco y violación, y dejaría que siguieran creyendo que las cosas habían ocurrido así. Aunque ya se sabe que las historias siempre se llenan de rumores y compañeros de profesión la habían telefoneado para saber como se encontraba y enterarse de los detalles. Anna había intentado ser lo mas cauta y discreta posible, pues no quería adornar demasiado una historia que después tendría que recordar para contar siempre la misma versión de los hechos sin que se notara que mentía descaradamente. Así que lo mejor era que cada cual hiciera su valoración , aunque sabia que acabarían tergiversando los hechos probablemente. Pero era mejor que contar la verdad. La tomarían por loca y la echarían del trabajo. Ni hablar, mejor ser prudente.  Así que al día siguiente volvería al trabajo, sin mas atrasos. 
Esa noche, después de que su pequeño y ahora inseparable compañero gatuno tomara la cena , Anna se sirvió una ensalada tibia que había preparado para la cena. Se sentó a cenar en la pequeña mesa del salón, y cuando termino, tomo un libro que había empezado dos semanas antes, y que había olvidado por completo, y se dispuso a retomar la lectura. Abrió el libro por donde había dispuesto un pequeño marcador, y sentándose en uno de los sillones, empezó a leer. No había logrado terminar ni la primera pagina de su recién retomada lectura, cuando sonaron unos golpes en la puerta de la entrada. Escuchó el silencio, y el golpeteo volvió a sonar. El estómago se le hizo un nudo, pues no esperaba la visita de nadie  y mucho menos a esas horas. No era muy tarde, pero ya pasaba de la hora de la cena, y se le hacia extraño tener visitas a una hora tan avanzada.  Se levantó dejando el libro en el sillón, y se acercó a la puerta, intentando ver por la mirilla quien llamaba . Escudriñó en la tenue luz que débilmente iluminaba su calle y enfrente de su casa, pero no vio a nadie allí. Dudo si abrir o no la puerta, todavía le duraba el miedo en el cuerpo y no quería ni pensar en la pesadilla que la perseguía por las noches. Se envalentonó pensando que no iba a dejar que el miedo la venciese y asegurando la cadena de seguridad de la puerta, abrió levemente y miro por la pequeña rendija que a duras penas había dejado abierta. No parecía haber nadie , y los nervios empezaban a traicionarla. Sentía como el pánico poderoso empezaba a echar raíces en su estómago y se enzarzaba hasta llegar a su pecho, oprimiéndola con una sensación conocida  que empezaba a superarla. Imagenes ya vividas volvieron raudas a sus ojos y mientras por un momento permanecía ensimismada entre turbios y oscuros pensamientos, Sam apareció de la nada en su puerta. La sobresaltó  tanto, que no pudo evitar dar un pequeño saltito hacia atrás, mientras automáticamente subía las manos al pecho. ¡Dios!! - exclamó Anna perdiendo la poca compostura que le quedaba- . Se tapó la cara con las manos en un intento de tranquilizarse, y después de un momento, se acercó a la puerta de nuevo.

- Que haces aquí? 
- Buenas noches- Saludo Sam de un modo muy impersonal.
- Buenas noches... Pero no has contestado a mi pregunta. - respondió Anna cautelosa.
- Bueno.... He venido a ver como estabas....- le dijo el mintiendo-. Tengo un amigo en la comisaría que me ha dicho donde encontrarte.... Bueno, he tratado de encontrarte en donde trabajas, pero no estabas allí.... 
-Si.... Hace varios días que no he ido al trabajo, ya sabes... Estaba demasiado cargada y necesitaba descanso...- Anna dudo si abrir la puerta y dejarle pasar , pero después de un momento de valoración, decidió que , si hubiera querido hacerle daño, no la habría ayudado aquella noche- . 

Descorrió el cerrojo de la cadena de seguridad y abrió la puerta dejando espacio para que Sam pasara... El permaneció quieto , inmóvil, delante del dintel, sin dar un solo paso para entrar a pesar de que la invitación de Anna, era bastante obvia. 

- ¿No quieres pasar? Adelante por favor, pasa, y perdoname la tontería... pero todavía me dura la tembladera y  me sobresalto por nada....
- No te preocupes.... Y... Gracias por invitarme.- en aquel momento , al mismo tiempo que decía aquellas palabras, cruzo el umbral de la entrada con paso firme, y penetró en el interior de la casa, mientras Anna cerraba la puerta tras el. Gus, que hasta el momento había permanecido adormilado en un rincón, salio bufando como perseguido por una manada de perros hacia el dormitorio.
-Que raro, es de lo mas afable- dijo Anna refiriéndose al gato.
- Me gustan los animales, pero no nos llevamos muy bien....- contesto el a modo de explicación.
- Siéntate por favor... Quieres tomar algo?? . ofreció Anna.
- No , gracias, he cenado antes de venir a verte....- Sam lucia un leve sonrisa en la cara que Anna no supo como interpretar. - Solo quería saber.... si estabas bien..... Mi contacto en la comisaria me facilito tu dirección.
- Vaya.... Creo que eso no es legal , no???- preguntó ella con una sonrisa franca en el rostro.- Pero me alegro que hayas venido. He recordado algunos detalles de esa noche, pero no he podido recordar donde vives por mucho que lo he intentado....
- No, no es legal, pero necesitaba venir a verte... 



Continuara.....




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sábado, 29 de junio de 2013

ETERNO, CAPITULO III, ULTIMA PARTE.



Había estado observando a la humana... Anna, le había dicho que se llamaba.... Desde el día X, o mas bien la noche X, después de que se fuera en el taxi, la había seguido a casa,  y durante días, la había acechado desde las sombras, desde la distancia, incluso en sueños,  intentando cerciorarse de que Anna, tan familiar le resultaba ya su nombre, no hablaba con nadie de lo ocurrido. O al menos de la parte mas oscura, la que por ningún motivo, debía ver la luz ... Aquella noche , la primera desde entonces, la había escuchado llorar, y había maldecido sin saber a quien dirigir sus maldiciones, si a Marcus, por ser la causa de aquello, o a el mismo, por no dejar que acabara el trabajo.... Todavía se preguntaba que lo había impulsado aquel primer momento ,  a intervenir..... De ningún modo aprobaba  el procedimiento que Marius empleaba, y muchos como el, para alimentarse de sus presas, pero una vez empezado, lo lógico hubiera sido dejarle terminar si se paraba a pensar en la dificultad que tendría para ocultar la naturaleza del atacante ante los ojos de Anna, que parecían haber absorbido el suceso como una grabadora.... Como convencerla de que el miedo había espoleado su imaginacion??? Puede que estuviera aterrada, pero obviamente por lo que sabia de ella, no era tonta, y mas temprano que tarde, cuando estuviera mas calmada, empezaría a hacerse preguntas... Preguntas que no encontrarían respuestas lógicas, y que no debian ser contestadas... Pero lo hecho, hecho estaba. No se arrepentía . Sabía que, pese al riesgo, había actuado siguiendo su instinto, y este rara vez, le fallaba.
Anna, que el día siguiente parecía tener la intención de regresar a su cotidaneidad, por la tarde cuando la vio regresar, no parecía tener el mismo estado de animo. Se la veía cansada , triste y desorientada. Al menos , le había hecho caso respecto a lo de poner una denuncia en la comisaria. Lo sabia porque tenia un contacto dentro, y tenia la confirmación de que Anna, no había hecho ninguna referencia al ataque fuera de lo corriente en estos casos. No es que la cuestión lo mantuviera intranquilo, porque era lógico pensar que Anna mantendría la boca cerrada por miedo a que la tomaran por demente , pero lo que le preocupaba era que hablara con personas de su confianza, eso si podía ser un desastre....Era por esa razón,  y no por otra se decía, por lo que la mantenía vigilada. Hasta que pasaran un tiempo prudente, aunque no tenia muy claro, cuanto tiempo le tomaría estar seguro. 
Empezó a preocuparse cuando los días siguientes Anna no apareció por su trabajo, y supo que estaba en casa, recluida en una especie de automecanismo de protección, suponía que intentando aceptar todo lo ocurrido aquella noche, o en el peor de los casos, decidiendo que creer y que no. Pero todo eran suposiciones suyas. Definitivamente, tendría que hablar con ella de un modo u otro. Encontraría la manera de  averiguar sutilmente hasta donde había llegado ella en sus cavilaciones y suposiciones.  Y la excusa se la daría el contacto que tenia en la policía, de que otro modo sino podía excusar el haber sabido donde ella vivía?? Esa misma noche, ataría cabos sueltos. Podría ir de día, no es que no pudiera salir a la luz del sol como contaban las creencias, si podía hacerlo, pero no lo llevaba bien...  Cuanto mas viejos , peor lo llevaban.... Los mas ancianos no podían tolerar ni la mínima exposición. No se desintegraban ni nada parecido, pero se consumían hasta un punto de no retorno ni donde la sangre podía hacerles regresar. La exposición diurna lo debilitaba y lo obligaba a alimentarse mas a menudo para recuperarse, y eso, lo odiaba. Odiaba sentirse débil y odiaba tener que alimentarse de humanos mas de lo necesario. Así que , esa misma noche, estaría de nuevo cara a cara con Anna y averiguaría todo lo que necesitaba saber para seguir su camino y mantenerse alejado de ella para siempre. O al menos eso se decía.




lunes, 24 de junio de 2013

EL BESO.






Un cálido roce, un escalofrío, una sensación de pérdida que desaparece cuando estás conmigo.... Tu mirada me encuentra a mitad del camino... Tus ojos me devuelven mi reflejo, y encuentro ansiedad y algo más a lo que no puedo poner nombre, porque la profundidad del abismo es tan inmensa que me supera... Miro al cielo, intentando no sentirme abrumada por lo que siento, respiro profundamente, buscando mi fuerza y encontrando mis miedos... Miedo a que tus sentimientos no sean tan fuertes como los míos, miedo a sentirme perdida una vez más, a sentirme indefensa una vez más, a sentirme vulnerable, una vez más..... Mi corazón late desbocado, dando bandazos entre mis costillas, y sigo preguntándome que pasara ahora.... Y entonces, sin previo aviso,  tu boca anida en la mía, tu lengua pasea en mi labio,  y tus manos en mi espalda, me  aprietan contra tu cuerpo.... Me siento febril, hambrienta y segura.....Tu abrazo, intenso y cálido. Es mi refugio, mi nido, mi ancla, el mástil de mi vela, y por un momento, sé que estoy donde debo estar, porque así lo deseo, y pase lo que pase, este momento permanecerá vivo en mi memoria para siempre....

martes, 4 de junio de 2013

PORTADA DE ETERNO.



Que os parece esta portada?? Creeis que es adecuada o ampliamos el abanico de posibilidades??

lunes, 3 de junio de 2013

ETERNO, CAPITULO III, SEGUNDA PARTE.



Lo que debería haber sido una tarde noche de descanso, se convirtió en un día, luego en dos, en tres.... En la tarde del tercer día desde el suceso, Anna ya había decidido que sin falta acudiría al trabajo, sin mas demoras... Nunca había estado tantos días sin acudir a trabajar desde que habia ocupado su puesto... Pero después de pasar la segunda peor noche de su vida entre jadeos y pesadillas, al día siguiente no pudo ni levantar la  cabeza de la almohada, con lo que tuvo que conformarse y dejar por una vez , que su cuerpo hablase por ella. Se quedo en la cama casi todo el día, solo con la compañía de Gus, que solo se alejaba de ella para comer y acercarse al arenero para hacer sus cositas, y solo salio de ahí para ir al baño o para acercarse al frigorífico a tomar un bocado. Su apetito parecía haber desaparecido junto a su seguridad. Cada minuto que pasaba pensando y dándole vueltas a lo ocurrido, se creía mas perturbada.... Primero empezó creyendo que todo lo que había visto, era fruto de shock, que todo había sido una pésima jugada de su imaginacion.... Vivía rodeada de libros, y aquella maldita vez, su fantasía, espoleada por la adrenalina que inundo su sistema en el momento de tensión, había sido la causa de sus "visiones". No podía explicarlo de otra manera. Le había dado muchas, muchisimas vueltas al asunto. No había modo de explicar aquello. 
El segundo día, su mente empezó a esclarecer. Lo que en un principio creyó fruto de su momentánea locura epinefrinica, fue tornándose cada vez mas, una secuencia clara de imagenes que cobraban seguridad y ganaban terreno en su mente mas racional..... Al fin y al cabo, no era una persona racional?? Si , vivía rodeada de libros, era una lectora ávida de historias, pero también era una persona de mente abierta y con las ideas muy claras, de mente racional con un nivel de raciocinio muy elevado y que no pensaba dejarse llevar por la idea del limite y la realidad preconcebidas. Sabia, si , lo sabia, que todo parecía una autentica y verdadera locura, pero ella , después de pasar por la negación y la incredulidad, del miedo y del shock, después de intentar sobreponerse a todos esos sentimientos negativos que la habían ahogado durante dos días y dos noches, sabia perfectamente lo que había visto y vivido. Se negaba a creer que se habia vuelto loca, entre otras cosas porque no lo estaba. 
No estaba loca y aunque todavía no sabia como, pensaba averiguar que demonios era lo que había intentado comérsela como cena.




NUEVAS PORTADAS!


¿Que os parecen?








viernes, 19 de abril de 2013

RELATO CORTO: "LA GEMA AZUL".




LA GEMA AZUL.   Por Raquel Martinez Casanova.

La abuela nunca había sido muy elocuente cuando se trataba de hablar del pasado de la familia. No sabia porque, pero me daba cuenta de que no le gustaba hablar demasiado sobre ello, algo bastante raro, teniendo en cuenta la tendencia conocida que tienen los mayores a honrarnos con sus batallitas inacabables y sus historias de niñez.
Pero la abuela  Sara nunca había sido la típica abuela. Estaba curtida de experiencias, como todos los ancianos , pero había algo cuando ella hablaba, que me daba  a pensar que la abuela Sara callaba mucho mas de lo que contaba.
El dia que ella eligio para dejarnos fue triste, lluvioso y gris, como si el cielo nos acompañase en nuestro pesar , en nuestra despedida. Pese a sus evidentes silencios , pese a sus calladas retiradas, siempre habíamos estado muy unidas, y siempre había estado ahí para mi. Yo era consciente de que su vida había sido larga y fructífera, que tras irse apagando como una pequeña vela de blanca luz, era el momento de decir “hasta pronto”, pero tierna y egoístamente, me dolia profundamente  y en mi fuero interno, me negaba a dejarla marchar. Ella, siendo para mi como mi segunda madre, me había enseñado e instruido, me había dotado de valores que para algunos rayaban lo pagano, y que aunque en numerosas ocasiones yo no  llegaba a entender, siempre respeté, porque sabia que la abuela Sara siempre tenia sus motivos para todo, motivos que formaban parte de ese “dossier” oculto de su vida, del que ella nunca hablaba.
Tres días después de su marcha y encontrándome muy abatida y triste mirando unas viejas fotos, mi madre se acerco con una pequeña cajita en la mano y un sobre envejecido y descolorido, con pinta  de haber estado guardado durante mucho , mucho tiempo.
-Esto es para ti….. – me dijo – Leelo  y cuando….. cuando quieras hablamos , vale?
Me entrego el pequeño cofre y el sobre, y se marcho dando media vuelta y un suspiro. Por unos instantes contemple la pequeña caja sobre la palma de mi mano. Parecia antigua y desgastada en los bordes, de madera oscura con pequeños motivos raros  que parecían haber sido labrados a mano en la superficie de la tapa y los lados del cofre. Los motivos me recordaban a los simbolos de un lenguaje perdido e indescifrable.  Al sujetar el sobre entre mis dedos me di cuenta de que en el interior podía palpar con las yemas algo mas duro que el papel.  El sobre contenía además de una carta , una pequeña llave oxidada que encajaba en la diminuta cerradura del pequeño  y viejo cofre. Al darle la vuelta a la llave, la cerradura chirrió tenuemente, sonando como un susurrado quejido. Dentro encontré un pequeño medallón tan viejo como lo era la caja que lo guardaba.  El metal estaba oscurecido y una gema de color azul cobalto brillaba con la tenue luz que se filtraba por la ventana, desprendiendo pequeños destellos azulineos.
Sentada como estaba, en el suelo al lado de mi antigua cama, deje la pequeña caja sobre los albumes de fotografías que se hallaban frente a mis pies, sobre la alfombra que cubria gran parte del suelo de la habitación. Y me dispuse a leer el contenido del sobre. El papel emitió un tenue crujido cuando lo libere de su viejo emplazamiento y por un momento temi que fuera a romperse.  La mano que había escrito aquellas palabras era, sin duda alguna, la de mi abuela Sara. Sus trazos me eran tan conocidos y reconocibles, como si fueran los mios. Mis ojos se deslizaron sobre las letras, acariciando cada trazo de aquella familiar ortografía, porque sabia que ella había escrito aquella carta siendo yo su destinataria. Y sentí como de nuevo, llegaba la nostalgia y la tristeza de la perdida.
“Queridisima Sara:
Mi niña querida.
Las dos sabemos que , si tu estas leyendo esta carta, es porque ya no estoy físicamente contigo, pues asi lo dispuse.  A todos nos llega el momento cariño. Pero no estes triste, no te preocupes corazón, porque puedo asegurarte que un dia estaremos juntas de nuevo. Y yo siempre voy a estar ahí para ti, como siempre he estado. No olvides que, aunque no puedas verme, yo sigo estando en tu corazón . Siempre que me necesites, ahí estare, tan solo tienes que buscar en ti, en tus recuerdos, en nuestros momentos compartidos, en todo lo que aprendimos juntas.  Te quiero mucho, mi niña, y siempre , siempre estare contigo. Nunca lo olvides. Y ahora mi niña querida, ha llegado el momento de contarte algo muy importante. Algo que cambiara tu vida para siempre, igual que cambio la mia, y la de las que llegaron antes que nosotras. Sospecho que , siendo como eres tan intuitiva, hace tiempo que sabes que hay algo que he estado guardando hasta que llegase el momento de contarte y que nunca antes te he mencionado. Pues bien, el momento ha llegado, porque asi ha sido siempre y asi se dispuso hace cientos de años. Nunca hablamos de ello con nadie fuera del Circulo hasta que llega la hora de entrar en el. Y tu hora ha llegado. Cuando unas salen, otras entran en su lugar. Asi es como funciona, y asi ha sido desde el inicio de los tiempos.  Yo conoci su existencia cuando mi abuela falleció y su legado me fue transmitido, y tu madre a su vez entro en el Circulo cuando su abuela, mi madre, también falleció. Y tu querida niña, debes seguir la misma pauta que ha marcado nuestros destinos desde que vinimos al mundo en nuestra familia. Asi ha sido durante siglos  y asi debe seguir siendo. Puede que ahora no lo entiendas, pero quedate tranquila , manten la calma y con el tiempo, lo entenderas. 
Para mi no es fácil escribir esta carta. Se que mi momento de ir a otro lugar ha llegado, y me duele en el alma tener que dejarte ahora. Hubiera querido tener la oportunidad de ser yo misma quien te iniciase, pero como te he explicado, los dones no funcionan asi. Tu madre ahora, tomara ese papel en mi lugar, y con ella aprenderas  todo lo que yo no he tenido tiempo de enseñarte y que debes aprender después de tener conocimiento de estos acontecimientos tan especiales. Estaras rodeada de grandes personas en las que podras apoyarte siempre que lo necesites.
Supongo que a estas alturas , te preguntaras un monton de cosas. Ten paciencia que todo te será revelado a su tiempo.  Poco a poco, como debe ser.
Nuestra familia procede de un antiquísimo linaje de brujas blancas que a su vez, tiene sus origines en los antiguos pobladores celtas. Los celtas desaparecieron hace cientos de años pero su magia y poder ancestral, perduraron en unos pocos conocedores de su legado. Estos conocimientos han ido pasando durantes centenares de años, una generación tras otra, de familia en familia, hasta que solo quedo la nuestra para conservarlos. Y asi lo hemos hecho, cariño, hasta llegar a ti.Esto es durante lo que tanto tiempo he callado porque la hora de las revelaciones todavía no había llegado
Ahora es tu momento cariño. Se fuerte, se bondadosa, se generosa, y sobre todo se muy humilde con el don que has recibido, pues tanto bien puede hacer como mal si no es bien utilizado. Seras poderosa, aunque ahora tu don sea tenue, pero crecerá hasta convertirse en un torrente imparable que deberas aprender a utilizar siempre en beneficio del bien común y aliviar el dolor de tus semejantes . Nunca en tu propio beneficio.  Nunca te aproveches de tus dones. Nunca, recuérdalo. Es tu don y tu maldición, mi vida. Porque también habrá quien te quiera mal e intente hacerte daño mientras aun te descubres y aprendes todos nuestros secretos. Es por ello que debes tener cuidado y ser muy cauta.
Siento no poder contarte esto yo misma, y siento mucho habértelo ocultado. Pero tenia que ser asi. Te quiero Sara, nunca he querido mentirte pero no podía ser de otro modo. Espero corazón, que puedas perdonarme. Mi alma y mi amor, siempre estarán contigo, hasta el fin de los tiempos. Recuerdame, llamame y yo estare ahí, siempre que me necesites. No lo olvides.
Te lego todo mi cariño y toda la magia que habita en mi , y que después de que yo me vaya, abandonara mi cuerpo para depositarse en el tuyo. La gema azul es el símbolo de tu herencia. Llevala siempre contigo. Te protegerá y te guiara en los momentos de oscuridad.  Ahora es parte de ti, como antes lo fue de mi. Conservala siempre  y legala cuando llegue la hora de hacerlo.   

Tu abuela que te quiere y siempre lo hara. “

Cuando termine de leer la misiva, un silencioso torrente de lagrimas se precipitaba por mis mejillas. Jamas, en ninguna de mis conjeturas acerca de lo que mi abuela se guardaba, imagine todo lo que contenían aquellos párrafos, ni todo aquello que aun estaría por llegar, y que según mi abuela Sara anunciaba,  pronto seria desvelado. Casi no podía creerlo. ¿Yo, una bruja blanca??? Era imposible, y de manera inverosímil, no lo era. Al menos si confiaba, que lo hacia ciegamente, en las palabras que mi abuela había dejado escritas para mi. ¿Qué se  suponía que debía hacer ahora???
-          Bien, ahora ya lo sabes- la voz de mi madre me sobresalto- Se que la muerte de la abuela ha sido un duro golpe, y que todo lo que contiene esa carta no lo hace sino aun mas difícil, pero asi ha sucedido  desde tiempos inmemoriales. Nos hemos ido sucediendo unas a otras y legando nuestros dones a la siguiente generación de las mujeres de la familia.  Solo las mujeres de la familia. – suspiro y termino diciendo- Se que la echaras de menos, yo ya lo hago…. Pero  su esencia, su energía, su magia permenecera en ti,  en la gema azul…. Y siempre estará contigo- y de debajo del cuello vuelto de su jersei broto brillante un pequeño medallón con una gema azul cobalto idéntico al que descansaba en mi mano… - Todas las mujeres de la familia que nos han precedido, nos acompañan Sara… Su esencia vive en nosotras, en nuestra magia, y en la gema azul del medallón.  Por eso debes llevarlo contigo, lo protegeras y el te protegerá.  El legado de la abuela es ahora tu legado y tienes que aprender a hacer buen uso de el para que su vida y su muerte tengan un sentido completo. Ella se sentía muy orgullosa de ti y quiso hacerte las cosas tan fáciles como pudo. Es nuestro don, el don de las mujeres de esta familia, y ahora también es el tuyo.
Aquellas palabras me hicieron sentir consciente de que todo había cambiado para mi, no solo porque mi abuela ya no estaba , sino porque su muerte significaba el comienzo de una nueva etapa de mi vida , una etapa desconocida, llena de interrogantes, de misterios ocultos, de mágicas enseñanzas…. Una etapa tan maravillosa como terrorífica, en la que el poder de la magia que mi abuela había depositado en mi , crecería inundándome por completo y me convertiría en una mujer  que todavía yo desconocía,  y asi el ciclo se cerraría para comenzar de nuevo conmigo. 
La gema azul cuelga de mi cuello, tan antigua como la magia que se esconde en ella.

<<El tiempo ha llegado. El ciclo se ha cumplido. El secreto , ha sido revelado.>>


lunes, 25 de febrero de 2013

UN GOLPE DE SUERTE, RELATO CORTO.



  UN GOLPE DE SUERTE.


Sofia estaba un poco preocupada. Desde el día anterior, Sultán no parecía sentirse muy bien, estaba alicaído, no parecía tener ganas de jugar y casi no movía la cola, algo poco habitual en el , porque normalmente era su manera de saludarla o de demostrarle su alegría. 
La salita de espera estaba casi vacía, solo un hombre mayor con un transportin a sus pies esperaba su turno. Dentro del pequeño habitáculo parecía haber un gatito que permanecia tranquilo o dormido. La puerta de la consulta se abrió y de ella asomo un hocico húmedo y peludo, y unos ojillos chispeantes y alegres. El perro tiro de la correa que lo sujetaba y finalmente todo su corpachón salio por la puerta blanca, y tras el, que trotaba feliz y contento hacia la salida, apareció la figura de una muchacha jovencita que sonreía satisfecha con los resultados obtenidos.
Sultán y Sofia eran los siguientes. Entraron en la consulta del veterinario y el estado de animo de Sultán cambió. No le gustaba nada que lo toquetearan, pero irremediablemente, siempre se dejaba hacer, aunque solo con entrar, el inteligente animal ya sabia a donde se dirigían y no parecía hacerle mucha gracia. Sofia expuso su preocupación y , después de una serie de preguntas formuladas con la clara intención de ajustar el diagnostico, el veterinario llamo a una auxiliar para que lo ayudase a subir a Sultán a la mesa de examen, tarea algo complicada teniendo en cuenta su tamaño y para lo que Sofia se ofreció, intentando hacer mas fácil la tarea de examinarle.
Sultán tenia tres años y medio, y era un precioso macho de Pastor Alemán que había adoptado de una protectora de animales apenas siendo un cachorro, y desde el momento en que entro en casa  y empezó a dormir en su cama, costumbre que todavía conservaba pese a lo grande que era, habían sido inseparables. Sofia lo adoraba. Era un perro enorme y a veces le gustaba jugar duro, pero era cariñoso, tierno, muy protector y mas fiel que su propia sombra. No concebía su vida sin su perro, eso era un hecho irremediable. El animal la completaba a niveles que ningún humano era capaz de entender. Se comprendian únicamente con mirarse, con una especie de conexion que aparecía como una luz en su atenta mirada y llegaba a algún recóndito lugar de su cerebro perruno. 
El perro suspiro con conformidad  y no hizo falta ponerle el bozal. Respiraba tranquilo, aceptando lo inevitable, y la miraba con languidez, frunciendo el ceño con un deje de tristeza. 
Tras un exhaustivo examen en el que el veterinario descarto varias posibilidades, el doctor llego a la conclusión de que el pobre Sultán parecía sufrir una leve indigestión provocada seguramente por algo que había ingerido en alguno de sus paseos por el parque, y por lo que además de someterlo a un corto tratamiento para minimizar las molestias,  Sofia debería mantenerlo unos días en observacion, para así quedarse tranquilos. No encontró evidencias de ningún problema mas grave y tras recetarle unas cápsulas que aliviarían las molestias, lo cito de nuevo para visitarlo tras terminar el tratamiento y asegurarse de que todo iba bien. 
Tras unas palmaditas en el lomo y frotarle entre  las orejas, el perro pareció satisfecho y el veterinario había trabado una nueva amistad.  Salieron de la consulta, Sofia tranquila con el diagnostico y el perro, siempre tras ella, dispuesto a volver a casa. Pero cuando se disponían a salir por la puerta que daba a la calle, la puerta blanca de la consulta se abrió de nuevo y una voz la llamo por su nombre.

- Sofia Salinas, espere por favor, olvida la medicacion!!- exclamo la auxiliar asomando la cara y agitando una pequeña cajita blanca en la mano-.

Sofia se dio la vuelta sujetando con una mano la correa de Sultán y con la otra agarrando la manivela de la puerta de salida. Alcanzo a mirar a la mujer que había llamado su atención, pero sin darle tiempo a volver sobre sus pasos,se sintió ceder hacia donde sus ojos estaban mirando sin haber soltado todavía la puerta, provocando  que cayera al suelo de lado, dándose un buen golpe en le trasero y haciendo un sonido nada elegante al caer. Todavía murmurando levanto la vista hacia la mano que se tendía hacia ella, con la clara intención de ayudarla a levantarse del suelo de parque en donde había aterrizado. Y se encontró con una mirada divertida y arrepentida que pertenecía a un rostro que trataba por todos los medios de contener una sonrisa. 
Sofia  no pudo evitar sentirse un poco dolida y malhumorada durante un breve segundo que paso fugaz, hasta que aquella mano firme la alzo con determinación del suelo y aquellos ojos verdes con trazos del color del caramelo que parecían reírse de ella, coincidieron con los suyos, borrando su malestar y provocando que su corazón se saltara un latido y que su estomago se tragase a si mismo. Siempre había sido una chica de buen comer, algo que se  evidenciaban sus redondeces, pero....Ah!! Al instante su estomago volvió a su lugar y se sintió aliviada... Gracias a Dios!! Se sentía hambrienta pero aquello era demasiado... 

- ¿Estas bien?- la voz cadenciosa que parecía hablarle, la saco de sus inverosímiles cavilaciones...-

Afirmo levemente con la cabeza, saliendo de su trance, mientras Sultán , que se había sentado, parecía dudar acerca de lo que debía hacer con aquel individuo que había atropellado, literalmente, a Sofia con la puerta de salida.

- Esto.. Lo siento. No te vi salir, estaba distraido. - continuo la voz-

Sofia , ya derecha sobre sus pies, se palmeo la ropa, sacudiéndola.

- Eh... No te preocupes... Estoy bien, yo también estaba distraida. - le contesto dudando. En aquel instante Sofia consiguió centrar su atención y se dio cuenta de dos cosas: estaba temblando de la cabeza a los pies  y no sabia porque y, tenia frente a ella el que le pareció el hombre mas guapo que jamas hubiera visto. El corazón le dio otro vuelco , y no pudo evitar que como si fueran un reflejo de sus pensamientos, los cachetes de su cara  cambiaran su color de un pálido a un rosa chillón. Se sentía avergonzada y todavía no sabia porque.  Se miraron durante un segundo que pareció una eternidad y en aquel breve lapso de tiempo, Sofia fue capaz de memorizar algunos detalles del hombre frente a ella. Tenia el pelo oscuro y alborotado, los ojos grandes y profundos,  las cejas pobladas y rectas y la nariz proporcionada con el resto del conjunto que formaba su rostro. La boca, todavía conservaba el rictus de la sonrisa que pugnaba por escapar y los labios tenían un aspecto lleno y jugoso, como una fruta madura. Ante este pensamiento , que no sabia de donde había salido, las entrañas de Sofia se apretaron formando un nudo. Alto y de anchos hombros que se adivinaban bajo la ropa, el objeto de sus desvaríos volvió a dejar su voz libre, moviendo sus manos arriba y abajo, que todavía permanecían entrelazadas de un modo evidentemente incomodo.

- Me llamo Alexei. ¿De verdad estas bien?- a lo que ella no pudo mas que responder:- Si... seguro.... Eh, Sofia, mi nombre es Sofia.- contesto todavía presa de un calor que la estaba incomodando mas de lo que debieray tratando de calmar su tembladera por la impresion.-
-De verdad que siento mucho haberte arrollado como un tren de mercancias.... Estaba distraido y empuje la puerta sin mirar, al mismo tiempo que tu intentabas salir... Espero que no te duela el golpe.
-No, no demasiado....- dijo ella tocándose el trasero con disimulo, esperando que no fuera demasiado evidente con que parte de su cuerpo había aterrizado, aunque sabia que obviamente el había sido testigo de su bochornosa caída.- Puedo invitarte a un café, o algo? Para disculparme por  ser tan torpe.... Casi te dejo lisiada... - y esta vez, Alexei sonrió abiertamente....-  Mi madre tenia un dicho... El que la rompe se la lleva.- y su diversión alboroto sus ojos con una clara motivacion que Sofia no quiso descifrar, aunque aquella ultima frase, dicha no sabia que con que intención, la hizo sonrojar e incomodar hasta la raíz del pelo.

-Eh, bueno, debería irme a casa.... Sultán no se sentía demasiado bien. - intento escabullirse.
- Seguro que un poco de aire fresco le sentara bien...-pregunto rascandole las orejas al perro con la mano que tenia libre.- Que le pasa? Soy uno de los veterinarios y propietarios de la clínica. Joseph y yo somos un equipo. - afirmacion que le sorprendió porque nunca , en todas las veces que había llevado a Sultán al veterinario, lo había visto allí -
- No, bueno, no es nada importante.... Algo que comió y que no hubiera debido comerse... Se le pasara en unos días . 
- Entonces??? Tomamos un café y me cuentas sobre...?- insistió Alexei- Sultán.... se llama Sultán- termino Sofia la frase sabiendo lo que le estaba preguntando aunque no hubiera terminado  de formular la pregunta.- Esta bien, tomemos ese café. Me vendrá bien para reponerme del golpe y seguro que a Sultán no le importara dar un pequeño paseo , puede que le venga bien para bajar su indigestión.- concluyo ella-. 

Alexei finalmente le soltó la mano que hasta ese momento todavía le sujetaba, mientras la auxiliar que había sido testigo del agitado encuentro entre Alexei y Sofia, y que había corrido a socorrerla para después detenerse cuando se  dio cuenta de que , evidentemente sobraba en aquella escena , se retiraba por fin hacia la consulta, después de darle a Alexei las cápsulas que Sultán debía tomarse para aliviar sus molestias estomacales, con una sonrisa complice en sus labios y con el siguiente paciente que esperaba, hasta ese momento pacientemente dentro de su transportin, su turno.
En aquel momento, Sofia recordó algo que su madre siempre le decía..... Que las mejores cosas en la vida, ocurren sin esperarlas, con un golpe de suerte. Sonrió  por el oportuno pensamiento y salieron juntos a la calle, seguidos por el perro que como siempre , seguía a Sofia allá donde fuera.

-Porque sonríes? Pagaría por saber lo que piensas... - observó Alexei curioso-
- Me estaba acordando de algo que mi madre suele decir a menudo..... No te preocupes, no es nada.
- Bien. Entonces, seguro que estas bien? No te duele nada?? Te has dado un buen golpe!- esta vez no contuvo la sonrisa, genuina, enseñando su blanca e igual dentadura.-
-oh, no, no.... de veras... No ha sido grave...... Ha sido un golpe de suerte.- concluyo Sofia.

Alexei se quedo mirándola sorprendido por la afirmacion, y sin poder contenerse, le paso el pulgar por la mejilla todavía sonrosada. La leve caricia le calentó la entrañas a Sofia, dándole una breve idea de lo que parecía haber empezado a anidar entre ellos dos de manera tan fortuita , como  espontánea. Alexei le puso una mano en la espalda, rozando la tela de su chaqueton con un ritmo ascendente y descendente, suave y cadencioso, manteniendo así, un contacto físico que a ambos les afectaba por igual, con la intención de dirigirla hacia la cafetería cercana  y con una genuina diversión le contesto:

-Si, definitivamente ha sido un golpe de suerte.



FIN.

miércoles, 2 de enero de 2013

CUENTO DE NAVIDAD: "SEGUNDAS OPORTUNIDADES".

Se que parece que he tenido el blog un poco abandonado... pero ojito!!  no lo creáis...jejeje... en todo momento esta en mi mente retomar la novela, pero estos días de Navidad han sido pero que muy muy ajetreados..... Bueno, dicho esto quiero compartir aquí también , aunque este relato ya lo publique en Mi Lugar para el reto de Navidad que llevaba a cabo de la mano del blog Acompañame, porque como dije al principio , este blog es a excepción de algunos casos, únicamente para mis relatos y mis publicaciones, y siendo así, quiero que este cuento de Navidad también tenga su lugar en la web. Así que sin mas, aquí os lo dejo. Espero que os guste. Y Feliz Año a todos!!



SEGUNDAS OPORTUNIDADES



Finos copos de nieve se deslizaban y se posaban unos sobre otros. Rodeado de nieve se encontraba, sintiendo tanto frío que sus dedos había dejado de notarlos hacia ya bastante tiempo, y le parecían ahora pequeños carámbanos congelados. Sus ropas ajadas no le servían de protección frente a las bajas temperaturas, y acurrucado en un rincón, luchaba por mantener el calor en el interior de su cuerpo, que pugnaba por escapar. Si no conseguía refugiarse en algún lugar cerrado, por la mañana lo encontrarían muerto, seguramente congelado como un gorrión. Había cambiado de sitio varias veces en las últimas horas y los transeúntes que iban arriba y abajo por la calle, enfundados hasta las orejas en sus calientes y gruesos abrigos , realizando las últimas compras de Navidad, ni siquiera reparaban en su presencia. Parecían considerarle parte del ornamento de la calle, un elemento más. Ninguna consideración. Nada.

De pronto, unos pequeños pies embutidos en unas botas, se detuvieron a su altura. No llegaba a imaginar qué o cúal , sería el motivo de tan extraño proceder. Puede que estuviera molestando y lo quisieran fueran de allí, del húmedo y estrecho portal  en dónde se hallaba sentado...

- No tiene frío?... Qué pregunta más tonta.... ¡¡ Pues claro que tiene frío!!  Mírese... Está congelado....- una voz dulce y suave parecía dirigirse directamente a él-.

Ëric levantó su mirada entornando los ojos hacia aquella voz, y le sorprendió lo que encontró. Una mujer joven y bonita, más joven que él mismo, que parecía mayor debido a su atuendo, la suciedad y las malas experiencias, le estaba mirando, esperando su respuesta.

- Señorita, si le molesto.....- empezó a decir-.
- No!!  Por favor, no es eso.....No tiene a dónde ir? Quizá un albergue? ¿Un comedor social?
- No. - le contestó Eric, sin dar más explicaciones-.
- Está bien.... Entiendo. - ella pareció pensar un momento y le dijo:- Tiene hambre? Vamos levántese y venga conmigo.. Comeremos algo. Conozco una cafetería cerca de aquí, dónde.... bueno, no nos impedirán la entrada... Conozco al dueño!!

Eric se quedó anonadado bajo la barba sucia que lucía, y bajo las capas de ropa mugrienta que vestían el cuerpo de un hombre maltrecho por la vida y sin suerte. En un primer momento, dudó si debía decirle que lo dejara morir en paz, pero un segundo después su instinto de supervivencia tomó el control y lentamente, empezó a levantarse para seguirla.

- Porqué...? ¿ Porqué hace esto?- quiso saber- Su voz brotaba ronca, más de lo habitual en él, a causa del frío, la humedad y el cansancio.
- Porque es Navidad... No voy a dejar que muera de frío en una noche como la de hoy..... Y no hay más que discutir!!  Sígame!!

Y con Eric siguiéndola de cerca, lentamente se dirigieron a la cercana cafetería.

                                                     ****

- Qué va a ser?- preguntó el camarero sin inflexiones en la voz-.
- Para mi un café con leche, y para .... ¿Cómo se llama?
- Eric, me llamo Eric... Boss- susurró él-.
- Bien , Sr. Boss.... qué le apetece tomar?

Eric, que trataba de recobrarse del frío en el caliente interior de la cafetería, no era ajeno a las miradas encontradas de algunos de los demás clientes.... Y se sintió fuera de lugar.

- Perdóneme señorita... Pero creo que yo no debería estar aquí... Le agradezco su intención , pero no creo necesario que se sienta obligada a soportar mi compañía.....
- Laura. Mi nombre es Laura.- dijo ella ofreciéndole su  blanca mano para que se la estrechara- Y nadie me obliga a nada. No se preocupe.... Pronto dejaran de mirarnos... Sólo ignórelos.
- Verá.... -dudó Eric- No sé que pretende con esto, pero no quiero ser su buena acción del día. Así que ... será mejor que me vaya por dónde he venido. 

Ella frunció el ceño , mostrando su desacuerdo y no dudó cuando habló.

- Por favor- le dijo- Siéntese y coma. Usted no es mi buena obra del día. Es alguien que necesita que lo ayuden, y eso es lo que pienso hacer. No puedo pasar de largo , ignorando su situación... Por favor.- y sin dudas continuó-: - Llámame tonta e ilusa, piense lo que quiera de mí, pero mi única intención es ayudarle. No soy insensible al sufrimiento y no puedo dejarle como estaba y dejar que se muera de frío.... Puede que no me crea, pero eso es todo....

Eric guardó silencio un momento, pensando en la información que la mujer acababa de ofrecerle. Estaba confuso y no podía creer que por una vez, la suerte le fuera propícia , y un alma caritativa, de entre todas las que circulaban por la calle, se hubiera detenido a ayudarle. Hacía mucho tiempo que había dejado de creer en la buena fe de la gente. Y le costaba creerlo. Vaya si le costaba! Se sentó de nuevo haciendo acopio de fuerzas y dijo:

- Cualquier cosa estará bien.... Gracias.

Laura miró al camarero, que seguía observando la escena sin decir ni una sola palabra y ordenó de nuevo. 

- Por favor, Jake, traenos el especial, pan con mantequilla y un batido para el señor Boss, y para mí , el café con leche estará bien..... Que sabor le gusta más?

- Elíjalo usted.... Cualquiera me vale.
- Que sea de chocolate entonces.... Seguro? - dijo mirándolo a él. Al ver que no respondía, dijo:- Sí, de chocolate. Es mi preferido. Espero que le guste. Están muy ricos. Es todo de momento, Jake.... Gracias.

Cuando el camarero  apareció un momento después con parte del pedido, Eric comenzó a comer con ansiedad, olvidando sus buenos modales, que en la calle le servían de bien poco y su vergüenza, que tampoco le era de mucha utilidad. Comieron en silencio y al cabo de otro tanto, llegó el especial a su mesa. En todo ese tiempo no  cruzaron ni una sola palabra. Laura se limitaba a dar pequeños sorbos de su café y a mirarlo sonriente, feliz al comprobar el apetito que Eric tenía... Ninguno de los dos , se acordó de las miradas extrañadas de los demás ocupantes del acogedor  café...

                                                               *****

Cuando hubo terminado de cenar, Eric se limpió la cara con la manga de su ajada chaqueta. 

-Perdón, es la costumbre. A veces olvido mis modales....- dijo a modo de disculpa-
-No se preocupe.. Lo entiendo.

Se quedaron mirándose el uno al otro por un instante sin saber qué decir.

- Le agradezco mucho lo que ha hecho por mí.- dijo Eric, rompiendo el silencio.
-No tiene nada que agradecer, de verdad. No entiendo como la gente puede pasar de largo ante una situación como la suya.... 
- No creería lo que la gente puede llegar a hacer y decir...- le rebatió él-.
- Lo sé. Debe ser muy duro vivir en la calle. Puedo preguntar...
- ... cómo llegué ahí?- acabó él-.
-Sí, si no le importa mi curiosidad.
-No me importa, pero es una historia demasiado larga.

Laura parecía observarlo con atención. Su barba oscura, sus sucias ropas, sus manos mugrientas enfundadas en un  par de guantes con los dedos cortados.. Era un mendigo, y parecía estar sopesando una decisión.

- Tiene a dónde ir?- le preguntó-
- No, si lo hubiera tenido no hubiera estado donde estaba... no le parece?
- Tiene razón, perdóneme.
- No hay nada que perdonar. Y por favor, no me trate de usted, llámeme por mi nombre, Eric. Me hace sentir mas viejo de lo que ya me siento.
- Está bien, Eric.- continuó- Esta noche puede quedarse en mi casa, mañana veremos que hacer.

Aquello lo sorprendió muchísimo, tanto que casi lo dejó sin habla.

- No tiene miedo de mí? De qué pueda....? Quiero decir, soy  un extraño- obviamente- Podría ser un psicópata y usted no tiene manera de saberlo. No debería meter extraños en su casa.... 
- No me hables de usted tampoco. Fuiste tú quién quiso que lo tuteara... Llámame Laura, y sí, sé lo que quieres decir y puede ser.... Pero estoy segura de que no me harás daño, así que creo que puedo confiar en tí. Espero no equivocarme. Ni siquiera querías quedarte....
- Pero, el que no quisiera quedarme no significa que sea de fiar... No sabes quien soy, ni a quién estás invitando a entrar en tu casa... - insistió Eric-
- No, que no quisieras quedarte no significa que pueda confiar en ti.... Pero ésta conversación , sí.

                                                            *******

Con la decisión tomada para bien o para mal, Laura seguida de Eric, se encaminó a su casa, apretada en su abrigo de paño negro y sumergida en su bufanda de lana, su gorrito y sus guantes suaves. Sabía que hacía lo correcto, pero también sabía que sería el blanco de murmuraciones que poco le importaban..... ¡¡Que diría su madre si lo supiera!!  No quería ni pensarlo.

                                                          ********

Veinte minutos más tarde y casi sin cruzar una palabra, llegaron a casa. Laura abrió la puerta y lo invitó a pasar dentro. Eric la siguió dubitativo, sin saber lo qué esperar. Hacía mucho tiempo que no pisaba el suelo de un verdadero hogar, aunque no fuese el suyo.  Una de las primeras cosas que vió fue un pequeño arbolito de Navidad, adornado con brillantes y alegres bolitas, doradas estrellas y rojas y pequeñas botas... Un símbolo de todo en cuánto él, ya no creía. 

- Bien...- empezó a decir Laura- Supongo que te gustaría asearte un poco..... Creo que tengo ropa de mi hermano que podrá servirte... Espera un momento, ahora vuelvo.

Y lo dejó allí, en medio del saloncito, incómodo y sin saber siquiera si sentarse, por miedo a ensuciar su precioso sofá o quedarse de pie. Optó por lo segundo. Al cabo de un momento, Laura apareció de nuevo con ropa en las manos y se la tendió para que la cogiera.

- Toma... Ésto es lo que tengo. No puedo ofrecerte nada más. Lo siento. Hay algo de ropa de Frank en el armario, pero no tengo zapatos, aunque no sé si los suyos te servirían.... -dudó- A veces se deja algo de ropa cuando viene a visitarme. No creo que le importe si te la presto.
- No te preocupes. No necesito nada más. Con esto es suficiente. Gracias- le agradeció Eric casi sin levantar la vista del suelo- Porqué? - soltó de pronto-.
-Porqué, qué?- quiso saber ella-
-Ya sabes, porqué lo haces?
-Ya te lo he dicho.... Es Navidad, y no creo que nadie merezca vivir en la calle y más con este frío  y esta nieve.... És lo menos que puedo hacer. No te preocupes.- y continuó hablando como si hablase para ella- La vida en la calle no debe ser fácil.... Y me parece que todos deberíamos hacer lo que podamos cuando vemos que alguien lo esta pasando mal. Mal no, peor. Dejémoslo, vale? Ya te he dicho que no tienes nada de qué preocuparte. Mañana hablaremos y veremos que podemos hacer. Mientras tanto, tómate una ducha y aséate. Luego nos iremos a dormir, que nos vendrá bien a los dos.

Y con una sonrisa le indicó dónde estaba el baño y lo dejó solo mientras ella hacía otro tanto en su habitación, y se ponía además a buscar una manta y una almohada para que su invitado sorpresa pasara la noche.

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Cuando se hubo duchado y aseado, Eric se sintió un hombre renovado. No se había afeitado, la barba le picaba pero se conformaba con la tremenda suerte que había tenido y aún no podía creerse... Sí, le daba vueltas a todo y era imposible creer que todavía quedara buena gente en el mundo y él hubiera tenido la fortuna de encontrarse con una de esas personas... Casi le parecía un milagro. Aunque hacía ya tiempo que no creía en los milagros.... Salió vestido ya, con una camiseta de algodón gris y unos pantalones de chándal azules, descalzo y con el pelo húmedo todavía, peinado hacia atrás. La cena y la ducha lo habían rejuvenecido. Volvía a tener treinta y cinco años, no cincuenta y cinco que solía aparentar. Era increíble lo que podía lograr un buen baño y tener el estómago lleno. En ése momento , Laura que parecía haberle oído, salió con una blanca almohada y una manta de cuadros que le tendió para que cogiera. 

- Bueno.. pareces otra persona, sin querer ofenderte- sonrió satisfecha- Puedes dormir en el sofá esta noche. 
- Gracias otra vez- Eric sonrió y cogió lo que le ofrecía- El sofá tiene pinta de ser muy cómodo. Mucho mejor que el suelo- volvió a sonreir con la mirada azul brillante y formándose pequeñas arruguitas alrededor de sus ojos-
- Vaya, vaya... Al fin sonríes. - Laura cruzó los brazos sobre su pecho- Me alegro mucho de saber que estás más tranquilo. Pensaba que no confiabas en mí.
- No es que no .... - suspiró-. La calle te vuelve desconfiado. Si no desconfías , no sobrevives. - Y continuó hablando un poco sorprendido- De todos modos, eres tú la que no debería confiar en un extraño... Ya te lo dije, puede ser peligroso.

Laura suspiró cansada y se dió media vuelta sin decir nada más. Y cuando parecía que iba a entrar de nuevo en la habitación, giró la cabeza balanceando su oscura cabellera y le dijo:

- No me preguntes porqué, pero sé que puedo confiar en tí. Sé que no me harás daño. Pareces buena persona. Una buena persona con mala suerte . Mañana hablaremos sobre lo qué podemos hacer y las opciones que tenemos. Ahora me voy a la cama- sus ojos oscuros brillaban con una sonrisa escondida. Estoy cansada. 
- Tenemos?- repitió Eric- Qué quieres decir con  "tenemos"?
- Esta noche has cenado, te has duchado, te has cambiado la ropa y tienes un sitio caliente donde dormir... Quieres volver a la calle mañana? No, creo que no, ¿verdad?

Eric no respondió. Sólo se quedó mirándola con ojos atentos y mirada agradecida.

- Eso creía yo..... Mañana. 

Y con ésto abrió la puerta del dormitorio y desapareció en el interior, dejándolo para que él también pudiera descansar .

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A la mañana siguiente, el sueño reparador sumado a la cena y a la ducha había obrado un verdadero milagro. Cuando Laura se encontró con Eric en el salón, esperándola sin saber qué hacer, se encontró con un hombre joven , aún  con barba, con el pelo oscuro alboratado de dormir, la mirada azul limpia y con un brillo de esperanza en los ojos , que había empezado a anidar en él, aún sin saberlo. Desayunaron casi en silencio, entre sonrisas escondidas, y cuando terminaron, conversaron acerca de la situación de Eric. Él no podía creer que hubiera comido dos veces en menos de diez horas..... Era sorprendente. 
Laura le ofreció la posibilidad de buscar un trabajo e incluso de prestarle algo de dinero para que pudiera vivir mientras  tanto, pero Eric se negó a aceptarlo. Estuvo de acuerdo en que sería  estupendo encontrar un empleo, pero no quiso aceptar el dinero . Frente a ésto, Laura le ofreció quedarse con ella unos días más, y se negó en rotundo a que Eric desechara también esa opción. Así que hablaron y hablaron, discutieron todo, y sin darse cuenta transcurrió media mañana, y Eric no tuvo más remedio que acabar aceptando la ayuda que Laura le ofrecía. Acordaron que empezarían por el empleo y luego buscarían un alojamiento que Eric pudiera pagar de su sueldo. Y así sin más, empezó la búsqueda de las segundas oportunidades.
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La vida fué extraña durante aquellos días. Habían transcurrido apenas tres semanas y Eric había conseguido un empleo de jardinero. Se le daban bien las plantas. Las cuidaba con esmero y mimo , y parecía entender las necesidades que cada una tenía. Le gustaba  su trabajo, y su sueldo, aunque no muy elevado, le permitía vivir sin apuro. Aquello sí podía llamarlo milagro. Había empezado a creer. A creer de nuevo, en la fé, en la suerte, en las buenas personas, Laura se lo había demostrado y también en el amor. Sí , en el amor. También Laura era la responsable de ello. En las últimas semanas, habían pasado de ser dos completos extraños, a mantener conversaciones cómplices y confiadas, entre miradas alegres y sonrisas iluminadas. No creía que ella sintiera lo mismo que él. Ni siquiera se planteaba la posibilidad. Pero no podía evitar lo que había empezado a sentir. Y no pensaba decírselo a ella. No. Era imposible. No quería asustarla y que pensase lo peor de él. Se merecia su respeto más que cualquier otra persona. Se lo guardaría para si mismo, y seguirían siendo buenos amigos. Porque después de lo que Laura había hecho por él, éso era lo que eran, buenos amigos. Nada más. Aunque se muriera de ganas de acariciar su pelo, aunque se muriera de ganas de abrazarla fuerte, aunque su pecho se expandiera, cada vez que ella entraba en una habitación... Aunque su ansiedad por besarla fuera tan grande, como la soledad que había dejado atrás. Porque ya no estaba solo. Ni muerto de hambre y de frío. Ahora la tenia a ella, de un modo u otro, sabía que podía contar con ella. Ella era su sol, su esperanza, su impulso. Ella, que se había parado frente a él, sucio mendigo del que todos se apartaban, y le había ofrecido su ayuda y su amistad, para encontrar un nuevo camino. Ella era su milagro de Navidad. Casi no podía creer en su suerte.

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Laura no sabía cómo se seníia. Eric había conseguido un empleo y había llegado el momento de buscar un nuevo alojamiento. Pero ése era el problema. Qué no sabía si quería que Eric se fuera. Sí, parecía increíble y fuera de lugar.  Hasta hacía apenas tres semanas, era un desconocido, un mendigo de la calle, alguien a quién había ofrecido su ayuda. Había pasado de ser una acción solidaria, a un amigo, y de un amigo, a un compañero, en un instante tan rápido, que casi no se había ni dado cuenta. Hasta ahora. No sabía cómo, Eric había ido avanzando poco a poco, ganándose su confianza primero,  su respeto después, cuando le contó cómo había llegado a vivir en la calle, entre cartones y bolsas, y su cariño hacia él , había ido creciendo y creciendo, a lo largo de los días, hasta alcanzar cotas inimaginables para ella. Lo amaba, pero no iba a decírselo. No quería que pensara lo peor de ella. Que creyera que quería cobrarle el favor. Se sentia confusa, pero al mismo tiempo, no podía ignorar lo que sentia. Nunca se había sentido así. Eric era un hombre guapo, aunque la primera vez que lo vió, acurrucado en el portal, hubiera jurado que tenía veinte años más, de los que en realidad contaba. Ahora, con el paso de los días, su barba había desparecido, dejando tras ella, la imagen de un hombre joven, atractivo, de mirada azul y limpia, boca llena y labios sugerentes, y dispuesto a empezar de nuevo. Pero sin ella. Le dolía sólo pensarlo. Pensar el modo en que lo había conocido.... Las vueltas de la vida eran un pozo de sorpresas inesperadas. 

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Y llegó el día de las despedidas. De momento, Eric iba a quedarse en una pensión bastante acogedora, aunque no tanto como el apartamenteo de Laura. Alli se sentía como en casa. Había sido su primer hogar después de vivir casi tres años en la calle, dando tumbos de un lugar a otro, sin trabajo y sin futuro. Hasta que la conoció a ella. Su milagro. Así es como la llamaba y como la llamaría siempre. 

Casi no llevaba equipaje. En una bolsa de deporte, había puesto sus escasas pertenencias, casi todas las cuales, incluyendo su futuro y sus nuevas esperanzas, se las había regalado ella. Ella. Su ángel. Su milagro de Navidad. 

- Bien- se acercó a Laura dubitativo.- No sé cómo agradecerte todo lo que has hecho por mí.... Siempre te estaré agradecido.
- No tienes que darme las gracias Eric. Ya lo sabes..... - susurró Laura. Lo hubiera hecho por cualquiera.

"Aunque sólo te quiero a ti"- pensó ella triste.

- Laura , yo.... - Eric se calló, a tiempo de guardar su secreto- 
- Qué?
- Yo... nada. Lo siento.- mirándola a los ojos y hablándole con la mirada, contando todo aquello que sus labios callaban-
- No hay nada que sentir. Espero que te vaya muy bien. Suerte!!- susurró, fingiendo una alegría que distaba mucho de sentir- Y espero que te acuerdes de llamarme, o venir  a visitarme... y contarme qué tal te va.... Y si necesitas algo , ya sabes donde encontrarme...

Él la miró agradecido, con tanto amor en su mirada que por un instante, a Laura se le calentó el corazón. Lentamente, se agachó hacia su cara y con lentitud, depositó un suave beso en su mejilla. "Cuídate"- le dijo al oído, como un soplo de aire. Y pasó por su lado, dirigiéndose hacia la puerta, con pasos decididos y firmes, aparentando una seguridad que no sentia, en busca de su camino.

Laura se dió la vuelta antes de que Eric alcanzara la puerta, y exclamó sin poder contenerse:

- Eric , quédate!!!- y lo miró asustada, anhelante, esperando su reacción. - Quédate... conmigo... si quieres....

Eric dejó caer la bolsa que sujetaba en la mano, y avanzó hacia Laura con esperanzas renovadas y el corazón expandido. Y sin pensarlo ni un minuto más, alcanzó sus labios invitadores y la besó con infinita ternura.... 
Había encontrado su camino. Ella era su camino. Su ángel. Su milagro de Navidad.


FIN.